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sábado, 20 de septiembre de 2008

Damien Hirst = talento + marketing + poder

En el circuito artístico ya sólo se habla de marketing tras la macrosubasta en Sotheby's de un lote de 223 obras de Damien Hirst, un artista británico que ha dado una vuelta de tuerca en el mercado al lanzarse a vender su obra al mejor postor sin su galerista.Así, ha generado una modificación en el canal de venta del circuito, ya que es la primera vez en la historia que un artista consagrado decide saltarse una de las normas sagradas: vender sin su galerista y, además, conseguir que una histórica casa de subastas apueste por ello.

Esto ha provocado, desde el punto de vista de los galeristas, un problema a nivel ético, como lo explicó a Efe la brasileña Luisa Strina, al recordar el gran esfuerzo que realizan las galerías por apostar por el talento de artistas cuando son desconocidos en el circuito.

Ante ello, otros tratan de 'mantenerse abiertos', en palabras de la colombiana Mónica Manzutto, directora de la puntera galería mexicana Kurimanzutto, quien expresó a Efe su confianza de que la galería de Hirst -la Gagosian- también haya salido ganando con ello, ya que es 'un prestigio que un artista tuyo se revalorice así'.

Y, por otro lado, esta apuesta mercantil ha apuntalado uno de los nuevos y diversos caminos que el circuito del arte está tomando, debido a que 'la comunicación y la manera de jugar están cambiando', remarcó Manzutto.

De ahí que la macroventa de obras de uno de los artistas más valorados y punteros -a pesar de la opinión contraria de algunos prestigiosos críticos de arte como Robert Hughes- haya acaparado, durante dos días de subasta en la capital londinense, la atención de un grupo hiperselecto de ricos consagrados y emergentes.

Esta cita 'social' está respaldada por una especie de 'consenso' -según indicó a Efe el profesor de 'Nuevos Mercados' de la Universidad Antonio Nebrija de Madrid, José Patricio Merino,- que considera que Hirst (1965) va a ser uno de los artistas que sí va a pasar a los anales de la Historia del Arte.

Y, por lo tanto, ese 'reconocimiento crea demanda', según Merino, y no tener un 'Hirst' equivaldría a estar fuera del circuito o del 'establishment' y a perder dinero, ya que a su muerte tiene muchos puntos de que se revalorice, sobre todo sus esculturas, para algunos, o las instalaciones, según otros, incluidos sus animales en formol.

Para bien, esta subasta, que recaudó la friolera cantidad de 111,5 millones de libras (140 millones de euros, 198 millones de dólares), ha sido toda una revolución.

Aún así, lo que se espera es que la dinámica de las galerías con sus artistas continúe desarrollándose de la misma manera, como señaló a Efe la galerista española Juana de Aizpuru, ya que Hirst 'es un personaje del marketing vivo'.

Este fenómeno -la venta de 223 piezas producidas en los dos últimos años por un artista en vida- no es 'artístico' o 'cultural', sino un acto 'social' y que se ha convertido, según De Aizpuru, en 'otra opción' para el mercado.

Estos días, hablar de Hirst se convirtió en comentar los precios de sus 'animales metidos en formol', pero en el fondo el artista ha logrado una hazaña sin precedentes: saltarse el intermediario en la venta -las galerías trabajan con un beneficio medio de un 50%.

Con la marcha de una operación de marketing novedosa, Damien Hirst ha provocado y ha roto con lo establecido hasta la fecha y ha vuelto a 'causar sensación'.

Como comentó a Efe la galerista española Soledad Lorenzo, este miembro del Young British Art ya lo consiguió en 1997 en la muestra titulada 'Sensation' (Sensación), con su tiburón metido en formol titulado 'The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living'.

Y ahora, lo ha vuelto a lograr con esta macrosubasta que ha sido una puesta en 'escena', una 'performance' -en palabras de la paulista Luisa Strina- y que es 'muy difícil que se vuelva a repetir', aseveró De Aizpuru.

Este planteamiento se debe a que, en caso contrario, habría demasiada obra de este artista circulando en el mercado y ello conllevaría que pereciese ahogado en su propia gloria.

A Hirst, todos estos expertos consultados por Efe lo comparan en la actualidad con el poder que suscita el artista estadounidense Jeff Koons, el único capaz también de hacer un ejercicio de maestría de marketing de estas características.

Son 'personas que crean mucha expectación', que 'dominan el marketing', como indicó De Aizpuru, y que, además, son 'casos excepcionales', según el profesor Merino Navarro.

Y la clave es ¿qué ha ganado el mercado del arte contemporáneo con esta polémica?: pues que, en esta época de crisis financiera y de gran inestabilidad en la Bolsa, se confirme que el arte es un valor refugio, se abran nuevas vías de venta, y que ricos y artistas exhiban de forma brutal su poder.

Terra Actualidad - EFE

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