De las mencionadas, pude ver Cómo estar muerto / Como estar muerto, película pretenciosa y vacía, si las hay. Un cine que no transmite nada, y es que no tiene nada que decir. Juan Daniel la comentó en su momento: “Las influencias de la Nouvelle Vague son demasiado obvias, la película pierde su identidad propia entre Sin aliento, Shadows y Los 400 golpes. Preocupa el afán vanguardista plagiando a una “vanguardia” que ya fue hace cuatro décadas. ¿Y el blanco y negro? Facilismo estético e importante decisión injustificada”.
La otra película destacada es Historias extraordinarias que, como bien dice Quintín y pude comprobar durante la premiación del BAFICI, fue la vedette del festival, aunque al parecer este entusiasmo se limitaría a los propios argentinos, que suelen mirarse el ombligo con cierta frecuencia. No vimos la película durante el BAFICI, pero esperamos verla, con sus cuatro horas, intermedio más, en el Festival de Lima en agosto. Mariano Llinás, el director de la película, fue productor de El amor (primera parte), cinta que presentamos hace unas semanas en nuestra ciudad.
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